El 10/11/17 fui a una actividad en la Universidad que se llamaba “El jardín de Babel“.
Nos han dado la posibilidad de participar en clases de 30 minutos de lenguas muy diferentes: desde el árabe hasta el catalán. Y decidí ir a las clases de árabe, portugués y alemán.
Primero el árabe porque no sé ni una palabra en árabe y ahora con todos los refugiados de Siria en Alemania que hablan ese idioma y también a causa de la influencia del árabe en la península, quería visitar esta clase. Aprendí los lugares donde se habla árabe en el mundo con las banderas que estaban en la pizarra y se tenía que clasificar el nombre de un país que estaba escrito en un papel con la bandera, así que aprendimos donde se habla árabe, el nombre del país y también su bandera.
Además la profesora de la clase que era una estudiante española, se presentó con su nombre y nosotros teníamos que repetir la frase para presentarnos. Era solamente una frase pero de verdad, yo tenía muchas dificultades para memorizarla así que ahora no puedo repetirla. Son sonidos muy extraños para mí y creo que es una lengua muy difícil de aprender porque no solo el sonido es muy diferente al alemán, sino también las letras y el modo de leer- se lee de la derecha a la izquierda.
En general me ha gustado porque nunca he tenido la posibilidad de zambullirme en una secuencia pequeñita de una lengua extraordinaria.
Después me fui a una secuencia del portugués: “Eu me chamo Jacqueline“. Suena muy similar al español “yo me llamo Jacqueline“.
Esa clase me ha gustado muchísimo porque se notaba que las chicas que han moderado este curso se divertían mucho mientras enseñaban el portugués.
Por otra parte, me gustaron mucho los materiales de la enseñanza como la presentación de PowerPoint con la que podía ver como se escribe lo que pronunciaban. Después de este curso y en comparación con el curso anterior (árabe), me di cuenta que soy definitivamente una persona con memorización visual.
Me facilita recordar las palabras el poder verlas escritas. Al contrario, en el curso de árabe no podía ver las letras latinas de las nuevas palabras árabes, solo las escuchaba. A lo mejor, también por eso, tenía esa dificultad para memorizarlas.
Al final me fui a la clase de alemán para ver como enseñan mi lengua materna. Los moderadores eran dos estudiantes españoles que lo habían hecho muy bien. Aprendimos los colores con las banderas de los países donde se habla el alemán.
Creo que el tiempo para el aprendizaje para los que no sabían ni una palabra en alemán era adecuado, porque podían aplicar las nuevas palabras rápidamente. Pero al mismo tiempo, tenía la impresión de que la pronunciación era muy difícil para los no nativos, que no han escuchado o no podían pronunciar la “ü“ o “ä“.
En resumen, me ha gustado mucho esta actividad para tener un primer contacto con otras lenguas. También soy de la opinión que la duración de 30 minutos está perfecta para la concentración, sobre todo si se va a más clases.
La manera de la enseñanza era en todas las clases diferente pero siempre divertida.
Además, esta actividad me ha recordado que soy una persona con una memoria visual. Este conocimiento me va a ayudar seguramente para mi aprendizaje en mi vida.
En noviembre teníamos la posibilidad de participar en una actividad extraescolar en un lugar muy particular: Encima de las Setas en Sevilla.
Nuestra profesora nos invitó a esta actividad y nos dijo que era una sorpresa de lo qué se trataría.
El curso del otro profesor de la asignatura vino también y subimos arriba. Llegados, el profe nos dió una tarea: nombrar los ingredientes de una comida típica de España: el gazpacho.
Después de este calentamiento de nuestros cerebros, cada uno recibió una hoja de papel blanco y un clip.
¿Cómo doblar esta hoja como si fuera una hoja de trébol de cuatro hojas? Nos dio una ayuda y lo imitamos. Per0, ¿para qué sirve esta actividad? ¿Qué sentido tiene el trébol?
El trébol tiene el símbolo de la suerte. Pero, ¿qué es necesario para tener esta suerte?
Cada hoja tiene EL sentido de un aspecto muy importante para trabajar en equipo/ y en general para nuestra vida:
1.) Pensar antes de hacer
2.) Hacer para aprender
3.) Aprender de todos
4.) Compartir con todos
Aunque era hacía mucho viento y mucho frío este día, hacía buen tiempo. Conocíamos a los estudiantes españoles del otro curso y al final estábamos muy contentos de haber doblado la hoja como un trébol de cuatro hojas, porque de verdad, no era tan fácil, y cada doblez se tenía que hacer muy precisa para obtener al final un trébol bonito.
¡Gracias a los profesores por invitarnos a esta actividad!
Durante nuestro curso hemos tenido la posibilidad de participar en un curso muy particular: un rito de la lluvia.
El mexicano, Toño Guerra, era el líder del grupo y nos presentó un poco de la lengua y cultura t’un savi.
Estábamos en un aula en la Universidad. Toño apagó la luz y puso música. Esa música me recordó a las tribus de la jungla. Estaba descalzo y después de unos segundos empezó a moverse en círculo. Sin palabras, solamente con gestos, nos mostraba cómo posicionarnos. Después de unos minutos formábamos parte del círculo. El mexicano tomó unas máscaras muy diversas, no sé que representaban, a lo mejor a unos animales… y esperaba que alguno de nosotros también las cogiera. En este momento no sabía qué significaba todo esto porque antes Toño no se había presentado y no había contado nada de lo que pasaría en esta clase. Con todo esto, también con los movimientos que adaptamos, me sentí rara… Rara porque era diferente, porque no sabía por qué lo hacíamos y rara porque no sabía qué sentido tenía este rito… Después de unos minutos, cuando todas las máscaras estaban repartidas, todos participaron con más energía, es decir, todos nosotros teníamos más ritmo, y ahora me sentía más segura y más relajada. Los sonidos, la música y el movimiento nos ayudaron a sentirnos como parte de un grupo o, mejor dicho, de una comunidad.
Lo que también era muy extraño en el primer momento, era la simbología de los movimientos de beber agua de la mano y pasarlo a la siguiente persona. Pero con el paso de tiempo y acompañados de la música, se nos quitó la vergüenza y participamos.
Después del rito de la lluvia nos contó algo sobre la cultura de México que realizan ritos parecidos, pero nos dijo que lo que habíamos hecho era como un “teatro“, algo inventado.. En general, me ha gustado conocer costumbres de otras culturas y estoy feliz de haber tenido la oportunidad de participar en una de ellas. Lo que es algo normal en una parte del mundo, es en otra algo muy extraño, como para mí, pero interesante al mismo tiempo.
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